Hemos dicho que esta venida del Señor es singular. Sin embargo, no sólo existe la última venida, al final de los tiempos. En cierto sentido, el Señor desea venir siempre a través de nosotros, y llama a la puerta de nuestro corazón: ¿estás dispuesto a darme tu carne, tu tiempo, tu vida? Esta es la voz del Señor, que quiere entrar también en nuestro tiempo, quiere entrar en la historia humana a través de nosotros. Busca también una morada viva, nuestra vida personal. Esta es la venida del Señor.
Esto es lo que queremos aprender de nuevo en el tiempo del Adviento: que el Señor pueda venir a través de nosotros.
HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
DURANTE EL REZO DE LAS PRIMERAS VÍSPERAS
DEL PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO
Sábado 26 de noviembre de 2005



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