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martes, 30 de septiembre de 2008

Mirar a la Virgen aplaca el dolor.



Los llamamos "analgésicos de la fe", pero más que a un compuesto medicinal deben su eficacia a su belleza intrínseca: Frescos majestuosos de la Virgen y de los santos mártires, obras maestras que describen el Génesis y el Evangelio. Según un estudio realizado por la neuróloga británica Katja Wiech, de la Universidad de Oxford, el arte sacro estimula el cerebro hasta el punto de hacer más soportable el dolor.

La investigación fue publicada en la revista "Pain" (Dolor) y surgió del intento de dar una respuesta al sufrimiento: ¿Puede el cerebro, centro del dolor, defenderse sí mismo? Y ¿por qué quienes se refugian en la religión parecen más serenos? Los datos que hemos recopilado - dice la co-autora del estudio, Irene Tracey, directora del "Oxford Centre for Functional Magnetic Resonance Imaging of the Brain"- muestran que las creencias religiosas tienen el poder de alterar el equilibrio mental de modo distinto de una persona a otra. Hay personas que, a través de las imágenes sagradas, responden mejor al dolor, incluso al físico ".

La investigación se realizó teniendo en cuenta 12 católicos declarados y 12 ateos o agnósticos, de edades comprendidas entre los 19 y 34 años. Los voluntarios fueron sometidos a una resonancia magnética, una técnica para la generación de imágenes de la actividad cerebral utilizada principalmente con fines de diagnóstico en el campo de la medicina. La máquina ha medido los cambios en la presión sanguínea en el cerebro como resultado de la visión de dos imágenes muy similares: por un lado una Virgen María y la otra en la Dama dell'ermellino, una de las obras maestras de Leonardo.

A todos se les mostraron las pinturas durante unos treinta segundos y simultáneamente se les administraron 20 microchoques electricos, ligeramente dolorosos. En los católicos, la maquina ha registrado sentimientos de paz y serenidad. En los ateos, que han sufrido en silencio todos los microschoques. Pero eso no es todo: entre los creyentes, la sensación de alivio causado por la visión de la Virgen fue acompañada por una intensa actividad cerebral, algo que no se encuentra en los demás participantes.

"Cada imagen que para nosotros es una fuente de tranquilidad, en la cual podemos identificarnos, es capaz de aliviar nuestro dolor - explica la psicologa Sara Ruiba, especializada en personalidad - no es un efecto placebo. Una imagen sagrada pueden estimular nuestras vías neuronales - sigue la psicóloga - y sustraernos a la intensidad del dolor. Un poco, como los faquires que, meditando, puede dormir sobre una tabla de clavos.

Según el psicólogo Tor Wager de la Universidad de Columbia, las imagenes sagradas son solo una de las formas posibles. Cada uno de nosotros podría crear un universo positivo de micro eventos de referencia, algo en lo que creer: esta es la clave. Ya sea un dios o un propósito en la vida, esto es siempre el mejor analgésico.

19 de septiembre de 2008. SARA FICOCELLI, para el diario La Republica (Italia).

http://www.repubblica.it/2008/09/sezioni/scienza_e_tecnologia/immagini-sacre/immagini-sacre/immagini-sacre.html?ref=hpspr1



1 comentario:

La Calculadora del gestor de siniestros de transporte dijo...

El diario español ABC hizo una ampliación de la noticia que dabamos ayer.



Científicos de Oxford demuestran que la fe ayuda a aliviar el dolor físico Disminuir tamaño del textoAumentar tamaño del texto EMILI J. BLASCO. CORRESPONSAL | LONDRES Jueves, 02-10-08





Científicos de la Universidad de Oxford han descubierto un «analgésico» tan antiguo como barato. La fe religiosa puede ayudar a aliviar el dolor, de acuerdo con un estudio en el que mirar un cuadro de la Virgen María hizo disminuir la sensación de dolor en un grupo de católicos practicantes. Ese efecto no fue experimentado por un grupo de ateos o agnósticos. Ni creyentes ni no creyentes experimentaron reacción alguna al contemplar un cuadro profano de Leonardo da Vinci.



En el estudio tomaron parte dos grupos de voluntarios, uno integrado por un grupo de doce estudiantes católicos que practican habitualmente su religión, y el otro por doce estudiantes que se declaran ateos o agnósticos. En las pruebas, realizadas por un equipo del Centro para la Ciencia de la Mente de la Universidad de Oxford, dirigido por Katja Wiech, a los participantes se les enseñaron dos cuadros.tanto los católicos practicantes como los no creyentes indicaron niveles semejantes de dolor tras contemplar el óleo pintado por Leonardo da Vinci.Dos imágenes distintas.



Uno de ellos era una imagen de la Virgen María pintada en el siglo XVII por el artista italiano Sassoferrato, que presenta a la Madre de Dios con la mirada baja y las manos juntas, en actitud orante. El otro era «Mujer con armiño», un lienzo del siglo XV realizado por Leonardo da Vinci, que es también una pintura con una figura de apariencia delicada, igualmente mujer y transmisora de sosiego. Después de mirar una de las imágenes durante treinta segundos, a los voluntarios se les aplicaron pulsos eléctricos durante doce segundos y luego se les pidió que calificaran la intensidad de ese dolor en una escala que iba de cero a cien. La misma operación se repitió con la otra pintura.

Según los investigadores, tanto los católicos practicantes como los no creyentes indicaron niveles semejantes de dolor tras contemplar el óleo pintado por Leonardo da Vinci. Sin embargo, hubo una marcada diferencia en el caso de la contemplación de la tela de Sassoferrato. Tras mirar la Virgen María durante treinta segundos, los creyentes sintieron de promedio un 12 por ciento menos de dolor que los no creyentes. Estos no notaron ninguna diferencia entre ambas partes del experimento.



Claras diferencias



Cuando el equipo de Wiech examinó los escáneres del cerebro realizados a cada uno de los participantes, observó que existían claras diferencias. Después de asumir personalmente la dulzura del rostro y actitud de la Virgen, un área del cerebro llamada corteza ventrolateral prefrontal se iluminó en el caso de las personas religiosas. Según Wiech, «los católicos activaron un mecanismo del cerebro que es bien conocido de la investigación sobre el efecto placebo y la analgesia. Ayuda a la gente a reinterpretar el dolor y lo hace menos amenazador. Esas personas se sienten seguras mirando a la Virgen María, se sienten atendidas, de manera que todo el contexto del test cambia para ellas».



http://www.abc.es/20081002/nacional-sociedad/cientificos-oxford-demuestran-ayuda-20081002.html