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viernes, 13 de mayo de 2011

María y Tolkien (2)



En otra carta, escrita por Tolkien al sacerdote jesuita Robert Murray, le dice que "sobre Nuestra Señora se funda toda mis escasa percepción de la belleza, tanto en majestad como en simplicidad". ¿Es necesario decir más? La Virgen María como modelo estético del ser humano: el sí que cambia la historia es un sí dicho desde el rincón más alejado de las plazas de la historia oficial, contada por los hombres: en un pequeño poblado pobre, en una pequeña casa pobre, por una niña inocente y bella, cuya única arma era la oración.

El personaje de Galadriel en El Señor de los anillos no sólo recuerda a la Virgen María; es la pureza, la gracia, la humildad y el valor sereno de la Virgen María. Tolkien lo aceptaba y lo promovía. La sencillez de María es la mayor obra de arte concebida por un ser humano. Esa muchacha judía que abre su casa al Amor, que abre su alma al dolor, no puede sino ser la guía de todos los que quieran entregarse al arte: a la literatura, a la pintura, o al maravilloso ejercicio de vivir por y para los demás.

Yo no sé si sea necesario agregar de dónde le vino el amor de María a Tolkien. Cierre un momento los ojos el lector. Pregúntese: ¿de dónde? Y la respuesta la tendrá a la mano. En efecto, de su madre. Por eso, también, mayo es el mes de todas las madres. Porque madre es aquella que nos enseña que María es Madre.

Autor Jaime Septién

Fuente:
http://www.periodismocatolico.com/archivo/b030509/17.htm


1 comentario:

Francisco Javier dijo...

María es la Madre de Dios, Virgen y Madre, llena de Gracia. Galadriel es un personaje ficticio, madre carnal de Arwen, la novia de Aragon.
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Además, en el Silmarillon, se revela contra los Valar con los demás orgullosos elfos.
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María destaca por la humildad.
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Creo que no hay parecido ninguno.