Madre, yo te haré una cadena de perlas para tu garganta, con las lágrimas de mi dolor.
Las estrellas forjaron con luz las ajorcas de tus pies; pero mi cadena va a ser para tu pecho.
Riqueza y nombradía vienen de ti, y tú puedes darlas o no a tu gusto. Pero mi dolor es sólo mío, y cuando te lo ofrezco, tú me pagas con tu gracia.
Sir Rabindranath Tagore
2 comentarios:
Fui, Madre,
llorando
a refugiarme entre tus brazos
y me vestiste
de gracia
con tu sonrisa.
¡Gracias!
Gracias a usted Javier por el excelente poema y a María por inspirarselo con su sonrisa, que es la sonrisa de Jesús.
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