21. Llama Dionisio Cartujano a la Santísima Virgen “abogada de todos los pecadores que a ella acuden”. ¡Oh excelsa Madre de Dios!, pues es oficio vuestro defender las causas de los reos más delincuentes que a Vos recurren, vedme aquí a vuestros pies. A Vos recurro diciéndoos con Santo Tomás de Villanueva: “Ea, pues, abogada nuestra, cumplid vuestro oficio”. Sí, cumplidlo encargándoos de mi causa. Verdad es que he sido reo de gravísimos delitos a los ojos del Señor, y que le he ofendido espantosamente a pesar de tantas gracias y beneficios como me ha concedido; pero el mal está hecho ya, y Vos podéis salvarme. Basta que digáis a Dios que Vos me defendéis, y Él me perdonará y me salvará.
Jaculatoria: ¡Madre mía amantísima, Vos me habéis de salvar!
Por San Alfonso en su obra “Visitas al Santísimo Sacramento y a María Santísima”
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