Queridos amigos,
La fiesta de la Inmaculada ilumina con su esplendor de gracia nuestro camino hacia la Navidad. María ha sido concebida sin pecado original porque ha sido llamada a ser la Madre del Redentor.
Su plenitud de gracia es tal que excluye todo pecado personal e incluso cada imperfección. En la doncella del Señor resplandece, sublime, la santidad de Dios.
Nosotros también estamos llamados en esta Navidad a acoger al Redentor en nuestros corazones. El Redentor que María nos dio en la noche de Belén, quiere nacer también en nuestros corazones. Hasta el fin de los tiempos, la Navidad está latente en corazón de cada hombre.
Preparemos un corazón purificado para que Nuestra Señora puede colocar en él al pequeño Jesús. La oración, el arrepentimiento, la confesión y el propósito de enmienda son los pasos que debemos tomar sin demora.
Que María Inmaculada, revestida de santidad, nos ayude a preparar una acogida gozosa al Rey de la Paz que viene.
Vuestro, Padre Livio.
http://www.radiomaria.it/news/news_interno.php?id=100
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