Las confesiones de San Pablo (21)

LAS CONFESIONES DE SAN PABLO (XXI),

por el Cardenal Carlo Maria Martini.

Conversión y desilusión. Las motivaciones de los hechos.

Nos preguntamos: durante este tiempo, ¿hay algo en Pablo que no ha funcionado bien, o toda la culpa es de los otros que no lo comprendieron, lo obstaculizaron, no lo defendieron, prefirieron deshacerse de él? Probablemente, como en toda situación humana, la culpa la tienen ambas partes.

Es verdad que los judeo-cristianos, apegados a una visión estrecha del apostolado, con muchos temores y reservas, no lo comprendieron, no lo supieron valorar, temiendo que su modo de obrar haría más mal que bien. Y los adversarios, sus antiguos correligionarios, se lanzaron contra él porque se daban cuenta de de que era un hombre clave, un hombre puente. Los unos y los otros, con esos acuerdos tácitos que a veces suceden, anularon a Pablo.

Pero, además, yo creo que si interrogáramos a Pablo, nos confesaría que en él hubo algo que no funcionó. Le sucedió lo que sucede en las grandes y rápidas conversiones, en las que todo aparece en la luz mejor y más pura y tiene una nueva visión de la vida que se le presenta en Jesús, que es el totalmente Otro, la obra de Dios.

Porque cuando continua la vida cotidiana, el hombre se vuelve a encontrar a sí mismo, y Pablo se lanza a su nueva misión con el mismo entusiasmo con el que se dedicó a la precedente. Pasa su celo de un campo a otro y vuelve a apasionarse con la obra como si fuera suya. Las ideas eran claras y las palabras también, pero en el modo instintivo de obrar, volvía a ser el de antes.

Entonces, el Señor permite un periodo de durísima prueba de purificación para que aprenda que la conversión no le ha hecho cambiar el objeto de su actividad, sino que ha formado en él un modo nuevo de ser, otro modo de ver las cosas que, dolorosa y lentamente, tiene que integrarse en su personalidad.

Al hacer estas interpretaciones, probablemente estamos hablando más de nosotros que de Pablo. En el camino de la búsqueda de Dios deseamos esclarecer cada vez mejor nuestras motivaciones y descubrimos que nuestras sucesivas conversiones disuenan con el modo instintivo y posesivo de colocarnos en relación con las nuevas certezas adquiridas. Esta posesividad pasa del campo material al campo espiritual, del campo de los intereses económicos al de los intereses del espíritu, y nos encontramos nuevamente nosotros mismos, siempre necesitados de purificación continua, más allá de las palabras que decimos o de los hermosos conceptos que formulamos.

Estas meditaciones están recogidas en el libro “Las confesiones de San Pablo”, editadas por la Editorial San Pablo en su colección Espiritualidad Nueva. Recomendamos vivamente la compra y lectura de este libro, que apenas cuesta 8 €, pues lo que ofrecemos en este blog son extractos del mismo.