Proposición 35
Biblia y pastoral de la salud
Jesús, durante su vida cuidó y sanó a los enfermos y mostró en este servicio suyo un signo de la presencia del Reino de Dios (cf. Lc 7, 22). Las Escrituras siguen todavía hoy ofreciendo, a los enfermos y a todos aquellos que sufren, una palabra de consuelo y de ánimo, e incluso de curación espiritual y física. La oración de los Salmos alcanza en profundidad y da a cada uno las palabras mismas de Dios para expresar el propio sufrimiento, y también la propia esperanza. Los padres sinodales exhortan por tanto a cuantos se acercan a las personas afligidas por toda clase de mal a llevarles, humildemente pero con audacia, la Palabra vivificante del Señor Jesús tanto en la Escritura como en la Eucaristía. También hoy es indispensable que la Palabra de Dios inspire a toda la pastoral de la salud, llevando a los enfermos a descubrir a través de la fe, que su sufrimiento les hace capaces de participacipar en el sufrimiento redentor de Cristo (cf. 2 Cor 4, 8-11. 14).
Traducido del italiano por Nieves San Martín
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