Hermanos y hermanas, veneremos fervientemente el sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor, el Santísimo Sacramento de la presencia real del Señor en su Iglesia y en toda la humanidad. Hagamos todo lo posible por mostrarle nuestro respeto y amor. Démosle nuestra mayor honra. Nunca permitamos que con nuestras palabras, silencios o gestos, quede desvaída en nosotros y en nuestro entorno la fe en Cristo resucitado presente en la Eucaristía
Benedicto XVI, PARÍS, sábado, 13 septiembre 2008. Homilía en la celebración eucarística en la Explanada de los Inválidos en París.
Traducción del original del frances realizada por Zenit.
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