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lunes, 22 de septiembre de 2008

¿Sabía qué es el Sínodo de los Obispos?


Dentro de pocos días, del 5 al 26 de octubre de 2008, se celebrará en la Ciudad del Vaticano la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos para reflexionar sobre el tema "La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia". Los medios de comunicación, salvo contadas excepciones, se limitarán a dar la noticia de pasada; veremos alguna imagen de los obispos en la asamblea, nos contarán alguna anécdota, como que algún grupo anticlerical aprovecha la concentración de prelados para protestar contra la Iglesia, y poco más. De esta desinformación, resultará que muchos, incluso católicos practicantes, sacarán la impresión de que el Sínodo es una reunión de curas que se juntan para hablar de sus cosas, de sus negocios espirituales, de cuestiones bizantinas ajenas a los problemas reales del mundo moderno. Pero ¿qué es realmente el Sínodo? ¿Cómo funciona? ¿Sirve para algo?.


Sínodo es una palabra que proviene del griego y que significa caminar juntos. Sínodo de los Obispos se dice de una asamblea de obispos escogidos de distintas regiones del mundo que se reúnen a petición del Papa para estudiar las cuestiones que determine el Romano Pontífice, referidas a la acción de la Iglesia en el mundo y para ayudarle con sus consejos a conservar la integridad de la fe. Por tanto, es un órgano consultivo que expresa la colegialidad y la comunión episcopal con el sucesor de Pedro al servicio de la Iglesia y de la unidad en la fe de los creyentes.


Aún en la fase de preparación, el tema de la asamblea sinodal es el fruto de la colegialidad. El primer paso oficial en dicho proceso es la consulta a Patriarcas, Conferencias Episcopales, Jefes de Dicasterios de la Curia romana y la Unión de Superiores Generales para tener indicaciones sobre posibles temas para el Sínodo. Las sugerencias sobre un tema -que deben incluir los motivos de la elección- son clasificadas, analizadas y estudiadas durante un encuentro del Consejo de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos. El Consejo, por lo tanto, somete los resultados del encuentro, junto con las recomendaciones pertinentes, al Santo Padre quien toma la decisión final sobre el tema a tratar en la asamblea sinodal. En el encuentro sucesivo, el Consejo prepara las líneas principales para presentar y desarrollar el tema sinodal en un documento llamado Lineamenta (líneas de orientación), documento que es traducido a las principales lenguas del mundo y enviado al Episcopado con el fin de promover en el ámbito local el estudio, el debate y la oración por el Sínodo.


Después de haber reunido y sumariado sugerencias, reacciones y respuestas a los varios aspectos del tema de los Lineamenta, los Obispos preparan una comunicación que envían luego a la Secretaría General dentro de una fecha determinada. Después de haber recibido dicho material, el Consejo de la Secretaría General redacta otro documento llamado Instrumentum laboris, que servirá como base y punto de referencia durante la discusión sinodal. Gracias al trabajo preparatorio de las Iglesias locales los obispos pueden presentar a la asamblea sinodal las experiencias y las aspiraciones de cada comunidad.


Tres fases caracterizan las sesiones de trabajo del sínodo:


a. durante la primera fase cada miembro presenta la situación en su Iglesia particular. Esto promueve un intercambio de fe y de experiencias culturales sobre el tema sinodal.


b. a la luz de estas presentaciones, el Relator del sínodo formula una serie de puntos para ser discutidos en la segunda fase, durante la cual todos los miembros sinodales se dividen en pequeños grupos llamados círculos menores. Los informes de cada uno de estos grupos son leídos en la sesión plenaria.


c. En la tercera fase, el trabajo prosigue en círculos menores con la formulación de sugerencias y observaciones de una manera más precisa y definida, de modo que en los días conclusivos de la asamblea se puedan someter a votación propuestas concretas. La lista final de las propuestas es presentada entonces en la sesión plenaria, en forma de folleto se convierte a su vez en la papeleta con la que cada Padre sinodal puede votar a favor o en contra de la propuesta.


Al término de la Asamblea General del Sínodo, el Secretario General supervisa el archivo del material y la redacción del informe (Relatio finalis) para someterlo al Santo Padre, quien cosecha para el gobierno de la Iglesia los frutos del Sínodo.


En resumen, el Sínodo actúa como órgano colegial a través del cual en su primera fase son consideradas las experiencias de fe y de vida de las diversas comunidades cristianas, seguidamente, en las sesiones plenarias estos elementos son recapitulados e iluminados por la fe y, finalmente, en espíritu de comunión, son formuladas algunas proposiciones que el Santo Padre, principio de unidad de la Iglesia, restituye a las Iglesias particulares así como la sangre oxigenada corre nuevamente por las arterias para vivificar el cuerpo humano.


Frutos visibles de los Sínodos han sido la promulgación de Exhortaciones Apostólicas tan importantes como Catechesi tradendae, Familiaris consortio, Reconciliatio et paenitentia o Christifideles laici; la creación de nuevos organismos en el seno de la Iglesia como el Pontificio Consejo para la Familia; la promulgación, en 1983, del Código de Derecho Canónico revisado; la elaboración del Catecismo de la Iglesia Católica.


En Rincón Mariano, además de informar de lo más destacado del Sínodo, vamos a publicar durante el mes de octubre algunas de las cuestiones que tratarán de responder nuestros pastores.


Son preguntas que nos interpelan a todos, no solo a los obispos, y en las que nos va la vida y la de nuestros coetáneos. Aprovechemos este tiempo de gracia, de reflexión y de oración para profundizar en el inmenso don que de la Palabra de Dios y alcanzar, así, un conocimiento más profundo del misterio de la salvación en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.


Lo ponemos en las manos intercesoras de María Virgen, mujer obediente a la Palabra dada, que ofreció su seno virginal para la encarnación de la Palabra de Dios en Jesucristo.

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