Y es que el Sagrado Corazón no está de moda. Hoy lo que se lleva es el corazón de los famosos aireado en su podredumbre y expuesto a nuestra curiosidad malsana en la televisión y en las revistas.
Del Corazón de Jesús brota amor y misericordia que se comunica al corazón humano. Por el contrario, el pobre corazón que nos propone ese mundo rosa de salsas y tomates es voluble, se mueve por dinero, no acepta ni pide perdón, es traidor a amigos y familiares y, en definitiva, es un corazón humano podrido y sin remedio.
Pero como nos recordaba Juan Pablo II en su último libro “Memoria e identidad”,
Así, la joven pareja de nuestra historia reformó finalmente a su gusto el piso y tuvieron un hijo. Pero mira por donde, el niño les salió rebelde. Si ellos eran agnósticos, el niño resultó piadoso y ser llamado al sacerdocio, a la entrega de su corazón al Señor para multiplicarlo al servicio de los hombres. Un día, mientras la madre limpiaba la estantería de su hijo el seminarista cayó al suelo un libro muy gordo, y del libro una imagen del Sagrado Corazón. Al recoger la estampa e ir a introducirla en
“Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.” (Juan 19,34).
Y aquella madre también se sintió traspasada como por una espada, y de la brecha en su pecho fluía incesante un mar de lagrimas purificadoras y un Amor desconocido.
1 comentario:
Yo también tengo escrito sobre el Corazón de Nuestro Señor; colgado en 11 de Junio.
Me gusta este Rincón Mariano.
Saludos.
http://portimadrugo.blogspot.com/
Publicar un comentario