15. Dejadme, dulcísima Señora mía, que os llame con vuestro siervo San Bernardo “toda la razón de mi esperanza”, y que os diga con San Juan Damasceno: “En Vos he puesto toda mi confianza”. Vos me habéis de alcanzar el perdón de mis pecados, la perseverancia hasta la muerte y verme libre del purgatorio. Por Vos logran la salvación los que se salvan; así que Vos, ¡oh María! me habéis de salvar, “Quién Vos quisiereis se salvará”, dice San Bernardo. Quered pues salvarme y me salvaré, y, como Vos salváis a cuantos os invocan, os invocaré diciendo:
Jaculatoria:
“¡Oh salvación de los que te invocan, sálvame!” (San Buenaventura).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario