13. Nos exhorta San Bernardo a que busquemos la gracia y la busquemos por medio de María. Ella es, dice San Pedro Damiano, la tesorera de las divinas misericordias: puede y quiere enriquecernos que por eso nos invita y llama diciendo: “Quien sea pequeñuelo venga a mí”. Señora amabilísima, Señora nobilísima, Señora benignísima, mirad a un pobre pecador que a Vos se encomienda y en Vos enteramente confía.
Jaculatoria:
Bajo vuestro amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios.
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