Queridos amigos,
es el momento de prepararse para la confesión pascual. Con la Pascua participamos de la muerte y resurrección de Jesús, de la muerte al pecado y la resurrección a la vida de la divina gracia.
Presentemos ante el crucifijo todo el mal que ha envenenado nuestra vida, para que lo destruya con su amor y su perdón. Sumerjámonos en el océano de Su infinita misericordia.
Demos gracias a Jesús, que sufrió en nuestro lugar y por amor nuestro, y nos comparte su filiación divina y la vida eterna. Pidamos en estos días la gracia de un corazón rebosante de gratitud.
Dejémonos abrazar por Jesús y ser estrechados en su Corazón, ahora y siempre hasta que lo encontremos en el Cielo.
Pedimos la gracia de que, en nuestros corazones, el deseo de Él y de su amistad sea más fuerte que cualquier otra cosa.
Acojamos con alegría la absolución del sacerdote que nos administra el perdón que Jesús ha dado al mundo desde la Cruz. La paz de la Semana Santa comenzará entonces a inundar nuestros corazones y a difundirse a nuestro alrededor.
Vuestro, Padre Livio.
2 comentarios:
Joo.. qué forma tan bonita de animarnos a hacer una buena confesión.
Muchas gracias Radiomariano.
Por cierto, muchas gracias por la recomendación del blog que me enviaste. Es muy bueno.
Un abrazo.
In Corde Christi.
♥
El Padre Livio es muy sencillo y directo, en eso reside la belleza de sus cartas.
En cuanto al blog del Padre Javier Vicens, hoy por la tarde publico una entrada recomendandolo pues es trascendente, a la vez muy humano, angélico, poetico y todos los adjetivos son pocos.
Buen fin de Cuaresma y que en la Pascua te encuentres con el Amado Jesucristo, y de propina, con un guerrerito vikingo de las huestes de la luz (por que el último que se lo propuso ni era guerrero ni portaba luz).
Un beso en Cristo y en María.
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