Con la fuerza que brota de la oración, la familia se transforma en una comunidad de discípulos y misioneros de Cristo. En ella se acoge, se transmite y se irradia el Evangelio. Como decía mi venerado predecesor el Papa Pablo VI: «Los padres no sólo comunican a los hijos el Evangelio, sino que pueden a su vez recibir de ellos este mismo Evangelio profundamente vivido» (Evangelii nuntiandi, 71).
MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
A LOS PARTICIPANTES EN EL REZO DEL SANTO ROSARIO
CON OCASIÓN DEL VI ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS
EN CIUDAD DE MÉXICO
Sábado 17 de enero de 2009
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