La familia está en el corazón de Dios, Creador y Salvador. Trabajar por la familia es trabajar por el futuro digno y luminoso de la humanidad y por la edificación del Reino de Dios. Invoquemos unidos humildemente la gracia divina, para que nos ayude a colaborar con ahínco y alegría en la noble causa de la familia, llamada a ser evangelizada y evangelizadora, humana y humanizadora. En esta hermosa tarea, nos acompaña con su maternal intercesión y con su protección celestial la Santísima Virgen María, a quien hoy invoco con el glorioso título de Nuestra Señora de Guadalupe, y en cuyas manos de Madre pongo a las familias de todo el mundo.
MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
A LOS PARTICIPANTES EN EL REZO DEL SANTO ROSARIO
CON OCASIÓN DEL VI ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS
EN CIUDAD DE MÉXICO
Sábado 17 de enero de 2009
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