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lunes, 26 de enero de 2009

¿El anticristo de nuestro siglo...?




Traemos a colacion una noticia antigua, del año pasado, por su posible relación con los cambios políticos y económicos acaecidos recientemente a nivel planetario. Cambios sobre los que ha advertido la Reina de la Paz en los ultimos tiempos.

Y las preguntas son:

¿Será Obama o su prógrama pólitico el Anticristo profetizado...?
¿Vamos hacia un gobierno ecuménico, mundial y políticamente correcto que mata el alma?

Unas declaraciones del Cardenal Biffi del año 2007 pueden esclarecer estos interrogantes:



El Cardenal Biffi ante el Papa y la Curia denuncia la presencia del anticristo que se presenta como “pacifista, ecologista y ecuménico”.

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El poeta, teologo y filosofo Vladimir Soloviev, en un retrato de Ivan Kramskoy (Museo de San Petersburgo, Rusia). El Cardenal Biffi sin duda estuvo iluminado por el Espíritu Santo este martes cuando hizo un diagnostico sobre la situación de la Iglesia actual y de sus crisis ante el Papa y toda la curia vaticana a la que Biffi imparte desde el domingo los ejercicios espirituales tradicionales en la cuaresma Vaticana.


El cardenal Giacomo Biffi ha advertido que si el cristiano para abrirse al mundo y dialogar con todos “diluye” el hecho salvífico, obstaculiza su relación con Jesús y se coloca “de la parte del Anticristo”, del que dijo que se presenta como un “pacifista, ecologista y ecuménico”.

Mas precisión y concisión en la descripción certera de la situación actual de la Iglesia, imposible: Sustituimos a la salvación de Cristo por unos “valores cristianos” que no son, sin la persona concreta de Jesucristo, sino los valores del Anticristo. Unos valores del Anticristo que Biffi resume en tres: pacifismo, ecología y ecumenismo.



EL ANTICRISTO DE SOLOVIEV

Biffi habló en la tarde del martes del tema de “La advertencia profética de Vladimir S. Solovev” y dijo que la enseñanza dejada por el filósofo ruso es que el cristianismo “no puede quedar reducido a un conjunto de valores” y que en el centro del cristiano tiene que estar “el encuentro con Jesús”. Para Biffi la obra de Soloviev «preanunció con gran lucidez la gran crisis que ha golpeado al cristianismo en los últimos decenios del siglo XX». Y en ella es una reflexión en la que el Anticristo se convierte «en el emblema de la religiosidad confusa y ambigua de los tiempos que hoy estamos viviendo».

El cardenal se estaba refiriendo al libro de Solovev “Los tres diálogos y el cuento del Anticristo”, una peculiar obra escrita poco antes de morir en 1900 y en la que dibuja un inesperado Anticristo que “se presenta como pacifista, ecologista y ecuménico”.

En esta obra Solovev pronostica que el siglo XX será «la época de las grandes guerras, de las discordias intestinas y de las revoluciones». Y en ella la «vieja estructura de naciones separadas» dará paso a los «Estados Unidos de Europa». Y en ese marco aparece el Anticristo elegido como presidente de ese poder mundialista. Esta predicción que hoy hasta nos parece obvia en su época tenia un carácter profético que no todo el mundo captaría. Pero solovev fue mucho más lejos.
Relata Biffi que en la novela de Soloviev se presenta al Anticristo como «un convencido espiritualista». Admitía incluso la idea de Dios, «pero no se amaba más que a sí mismo». Era un asceta, un estudioso, un filántropo, un humanista, un pacifista, un ecologista y un ecuménico. Daba «altísimas demostraciones de moderación, de desinterés y de activa beneficencia». Un personaje que en la novela alcanza la fama y el reconocimiento mundial a través de un libro «El camino abierto hacia la paz y la prosperidad mundial», donde «se unen el noble respeto por las tradiciones y los símbolos antiguos con un vasto y audaz radicalismo de exigencias y directivas sociales y políticas, una ilimitada libertad de pensamiento con la más profunda comprensión de todo aquello que es místico, el absoluto individualismo con una ardiente dedicación al bien común». Se presenta así como ese tipo de personajes que la prensa mundial venera. Un Gandhi, un premio novel de la paz.


Sin embargo, no todo es luz en la historia. El personaje de Soloviev rechaza a Cristo. Admite aparentemente sus valores, « espíritu cristiano, del amor activo, y de la benevolencia universal», pero rechaza al personaje histórico. No soporta su moralismo («Cristo, con su moralismo, ha dividido a los hombres según el bien y el mal, mientras que yo los uniré con beneficios que son igualmente necesarios a los buenos y a los malos». Tampoco le gustaba «su absoluta unicidad»). También rechaza activamente la idea de que resucitara («Él no está entre los vivos y no estará nunca. !No ha resucitado, no ha resucitado, no ha resucitado ¡», repetía). Por tanto, Cristo no era perfecto. La perfección del mensaje cristiano lo traía él.

El anticristo “Convocará un concilio ecuménico y buscará el consenso de todas las confesiones cristianas, concediendo algo a cada una. Las masas le seguirán, menos pequeños grupos de católicos, ortodoxos y protestantes. Acosados por el anticristo le dirán (esos grupos) que él les da todo menos lo que les interesa, que es Jesucristo”.


LAS CONCLUSIONES DE BIFFI

Biffi de toda esta narración extrajo la idea de que el Anticristo no es una persona, sino una mezcla de ideologías, el mejor ejemplo de «la religiosidad confusa y ambigua de los tiempos que hoy estamos viviendo». Según el cardenal hoy predomina una «cultura de la pura y simple apertura, de la libertad sin contenidos, de la nada existencial. Ésta es la más grande tragedia de nuestro tiempo». «Fuera de Cristo está sólo el vacío del hombre y su desesperación». «En Cristo, el hombre encuentra su plenitud y su única esperanza», concluye Biffi.

El cuento de Soloviev es una “advertencia”. Y enseña que si los cristianos se limitan a hablar de “valores compartidos nos aceptarán de buen grado en las transmisiones televisivas y en los salones, pero habremos renunciado a Jesús”. Y Jesús “no se puede traducir en una serie de buenos proyectos, homologables con la mentalidad mundana dominante”.

“Si el cristiano para abrirse al mundo y dialogar con todos diluye el hecho salvífico, obstaculiza su conexión personal con Dios y se coloca de la parte del anticristo”, concluyó el cardenal.



NUESTRA ESPERANZA

No tenemos palabras para aplaudir el luminoso magisterio de Biffi. Rezamos para que su enseñanza penetre en el corazón, no del Papa que intuimos esta muy próximo a esas ideas, sino de toda la curia que ahora misma es una verdadero telón de acero entre la voluntad muy explicita del Papa y la Iglesia universal.

Solo sentimos que monseñor Biffi haya esperado a estar jubilado para expresarse con tal claridad, en vez de hacerlo cuando servia a la Iglesia y tenia poder. Hace unos días lamentábamos algo parecido con Monseñor Sebastián que justamente ahora que va a ser jubilado dice cosas importantes de verdad sobre el sacramento de la penitencia, como si justamente ahora lo descubriera.

No obstante, y pese a todos las reservas, cosas como esta son esperanzadoras, e intuimos que podrían corresponder a una revolución silenciosa que se esta dando en el seno de la iglesia.


02-Mar-2007, 14:31
DE EDICIONES CATOLICAS. http://www.edicionescatolicas.com


Enlaces de interés:



http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2007/03/04/el_anticristo_y_los_ejercicios_espiritua


http://foros-virgen.blogspot.com/2009/01/decepcionados-por-la-decision-de-obama.html


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