Elegida entre los pueblos para recibir la bendición del Señor y difundirla a toda la familia humana. Esta "bendición" es Jesucristo. Él es la fuente de la gracia, de la que María quedó llena desde el primer instante de su existencia. Acogió con fe a Jesús y con amor lo donó al mundo. Esta es también nuestra vocación y nuestra misión, la vocación y la misión de la Iglesia: acoger a Cristo en nuestra vida y donarlo al mundo "para que el mundo se salve por él" (Jn 3, 17).
ÁNGELUS
Solemnidad de la Inmaculada Concepción
Viernes 8 de diciembre de 2006
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