María no entiende mucho eso de las clases sociales. No sabe que hay personas que han nacido para ser "señores".
María sabe que ese Niño que leva junto a su corazón, ha venido no a ser servido sino a servir.
Sabe que la frase más feliz que Ella misma ha dicho, inspirada por Dios, ha sido: He aquí la sirvienta del Señor.
Después de nacer el niño Juan, María se queda todavía unos días, hasta que Isabel esté del todo bien.
Ya tiene práctica en cuidar niños; lo ha hecho varias veces en Nazaret con los niños de las vecinas. Pero esta es una práctica que le va a venir muy bien para después. María se entrena con el niño Juan.
Poner pañales, quitar pañales, lavar pañales. Vuelta a poner pañales, vuelta a quitar pañales, vuelta a lavar pañales...
Después de secos al sol, quedaban un poco tiesitos; antes de ponerlos, María les acariciaba un poco con sus manos para que quedaran más suaves.
María sabe por qué lloran los niños.
María sabe dormir al niño.
María sabe poner un besito donde le duele al niño ese besito que lo cura todo, todo.
María la sirvienta.
María la niñera.
Nuestra Excelentísima Señora, Reina y Madre, la Virgen María.
Tomado del libro: "María, el Carpintero y el Niño", de P. Pedro María Iraolagoitia, S.J., Ediciones Mensajero
http://www.mensajero.com/catalogo.php?q=Iraolagoitia&x=0&y=0
Recomendamos su compra y su lectura completa, pues lo que ofrecemos en este blog son extractos del mismo.
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