Proposición 48
Biblia e inculturación
La revelación se constituyó tomando de las diversas culturas humanas los valores auténticos susceptibles de expresar la verdad que, para nuestra salvación, Dios comunicó a los hombres (cf. DV 11). La Palabra de Dios, en cuanto revelación ha introducido en las culturas el conocimiento de verdades que de otro modo hubieran permanecido desconocidas y creó progreso y desarrollo cultural. El mandato que el Señor da a la Iglesia de anunciar el Evangelio a todas las criaturas (cf. Mc 16, 15) implica el encuentro de la Palabra de Dios con todos los pueblos de la tierra y sus culturas. Esto supone el mismo proceso de inculturación de la Palabra de Dios acaecido en la Revelación.
Por tanto, la Palabra de Dios debe penetrar en cada ambiente de modo que la cultura produzca espresiones originales de vida, liturgia, pensamiento cristiano (cf. CT 53). Esto sucede cuando la Palabra de Dios, propuesta a una cultura, "fecunda como desde dentro las cualidades espirituales y las tradiciones de cada pueblo, las confirma, las perfecciona y las recapitula en Cristo" (GS 58), suscitando así nuevas expresiones de vida cristiana.
Para una auténtica inculturación del mensaje evangélico, se debe asegurar una formación de los misioneros con medios adecuados, para conocer en profundidad el ambiente vital y las condiciones socio-culturales, de modo que puedan insertarse en el ambiente, en la lengua y en las culturas locales. Corresponde en primer lugar a la Iglesia local llegar a una auténtica inculturación del mensaje evangélico, prestando atención naturalmente al riesgo del sincretismo. La calidad de la inculturación depende del grado de madurez de la comunidad evangelizadora.
Traducido del italiano por Nieves San Martín
No hay comentarios.:
Publicar un comentario