Cerdos tatuados con la marca de lujo Louis Vuitton son excluidos de una exposicion de arte contemporaneo en China.
El ”””¿¿¿artista…???””””, belga Wim Delvoye, cuyas produciones son consideradas las más groseras del mungo, mantiene en China una granja para el tatuaje de cerdos y ha desatado la polémica entre defensores de los animales y de la tradicion.
En su defensa, W. Delvoye alega que los cerdos en su granja viven en mejores condiciones de vida que los propios chinos.
Y os preguntareis ¿Qué tiene que ver esto con este blog? Pues que el mismo autor ha vendido su última obra por 150.000 euros: un tatuaje de
La operación es la primera de estas características, según la galería alemana De Pury & Luxembourg, uno de los protagonistas de la historia. Los otros son el citado Delvoye, “””artista iconoclasta”””; Tim Steiner, un joven amante del arte y músico ocasional; Rik Reinking, coleccionista alemán de arte transgresor, y la obra en sí: una representación de
La galería y Delvoye se han repartido el 80% del desembolso de Reinking. El joven se ha llevado el 20%. A cambio, se compromete a exhibir y cuidar la obra. El nuevo propietario tiene derecho a verla periódicamente, es decir, a que Tim se levante la camiseta. También a exhibirla en un mínimo de tres ferias mundiales cada año.
El contrato estipula que tras morir Tim, el comprador arrancará la piel de su espalda y la colgará en un cuadro. Una cláusula prohíbe reclamarla a los herederos de Tim. Si el comprador muere antes, la obra pasará a sus descendientes. En breve, se redactará el contrato de seguro, que también se prevé minucioso. Tim no podrá ir en moto ni practicar deportes de riesgo.
Centenares de horas de conversación entre el lienzo humano y su nuevo dueño han perfilado el proyecto. El draconiano clausulado se interpretará con arreglo a su vieja amistad y la confianza mutua. Así, la prohibición legal de vender partes de cuerpos humanos se ha driblado con el compromiso de Tim de donar su piel en su testamento. Legalmente, lo que compra el coleccionista son los derechos de exhibición.
RINCÓN MARIANO: Decididamente, el mundo occidental está enfermo. Y en este caso, los chinos, son más astutos que los hijos de la luz. Que
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